sábado, 1 de diciembre de 2012

Germinal - Émile Zola


Título: Germinal
Título original: Germinal
Autor: Émile Zola
Año de publicación: 1973
Editorial: Petronio
Nº de páginas: 416
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta


Francia, 1866: Étienne Lantier abofetea a su patrón y se queda sin empleo. Vagabundo y sin trabajo, halla nueva ocupación en las minas de carbón. Los rigores de la labor bajo tierra, las condiciones inhumanas, la injusticia, la crisis social, la revolución y la huelga, la brutal represión, pero también el amor, son los protagonistas de Germinal, uno de los más rotundos y vívidos alegatos nunca escritos en favor de los explotados y los oprimidos.





 Nunca esta demás repasar los clásicos, y en esta época difícil que vivimos repasar un título como Geminal puede resultar muy instructivo, además de por su innegable calidad literaria, por todo aquello que tan hábilmente esta retratado en sus páginas. Resulta sorprendente como salvando las distancias, los conflictos sociales relatados por Zola en esta joya del naturalismo, tristemente están todavía muy presentes hoy en día en muchos más aspectos de los que podrían parecer a simple vista. 

 Comienza la novela en mitad de la noche, en el que un solitario hombre llamado Étienne vaga por los campos con destino a una explotación minera. En el pozo de Voreaux busca empleo, es maquinista y tiene una educación superior a la media. Pero conflictos con sus anteriores patronos le han dejado en una precaria situación, así que está dispuesto a aceptar cualquier trabajo. Por suerte logra encontrarlo en la cuadrilla de Maheu, cuya familia está totalmente dedicada a la mina, también logrará ser alojado en la casa de la familia. Conocerá además a una hija de Maheu llamada Catherine, que trabajará junto a él y a la que curiosamente en un principio tomara por un muchacho. Una conexión especial se establecerá entre ambos, dando lugar a un amor imposible que culminará en un trágico final. 

 Las condiciones laborales son inhumanas, jornadas interminables trabajando a destajo. El escaso sueldo apenas da para cubrir las necesidades más básicas, la Compañía les explota hasta el punto de obligarles a comprar en sus almacenes y vivir en casas alquiladas a la propia Compañía. De este modo, los trabajadores están atrapados en un círculo sin fin de hambre y miseria. 

 Por este motivo, cuando nuevos recortes salariales, disfrazados de una mejora de la seguridad que no engaña a nadie, se presentan como una amenaza cierta sobre los trabajadores, estos artos ya de los siniestros manejos, deciden declararse en huelga. En aquellos tiempos comenzaba los movimientos sindicales y una incipiente lucha por los derechos laborales, la represión no se hace esperar. Los gendarmes se ven desbordados por los mineros, cada vez más indignados y soliviantados por el hambre que ya empieza a cobrarse victimas. Para asegurar la producción minera se contrata trabajadores extranjeros y se llama al ejército, que aplasta cruelmente la huelga llevándose por delante las vidas y sueños de los mineros. 

 Derrotados vuelven a trabajar, a pesar de haber jurado no hacerlo, el hambre y la necesidad pueden más. Étienne regresa al pozo junto con Catherine, atrás quedó muerto su padre y muchos otros en la lucha por sus derechos fundamentales. Es entonces cuando un exiliado ruso, anarquista convencido, sabotea la mina y provoca su destrucción, dejando a muchos mineros atrapados bajo tierra. En ese momento a la espera de la muerte, tras muchos días de infierno y casi absoluta oscuridad, rescatan a Étienne con el cadáver de su amada Catherine aferrado todavía a sus brazos. 

 El final de la novela resulta conmovedor, Étienne marcha al amanecer para continuar su lucha, ahora desde la política. Se despide de los pocos camaradas que quedan, ya olvidados todos los rencores que pudieran haber habido entre ellos. Observa cómo a pesar de que están volviendo a la mina, como un ejército derrotado tras la batalla, la ira y la esperanza anida en sus corazones, sabedores de que su momento llegará tarde o temprano. Étienne piensa en ellos bajo tierra, como si fueran unas semillas a punto de germinar que en el futuro surgirán para cambiar la faz del mundo. 

 En resumen, un genial y crudo relato de la interminable lucha de clases que surge entre los dominantes y los dominados. En este caso, el salvaje capitalismo es el método del que se valen para controlar y ahogar en sangre las vidas de los obreros. 

3 comentarios :

  1. "Germinal" fue el primer libro que leí de Zola y desde entonces que no dejo de leer algo suyo de vez en cuando! Creo que "Germinal" es, de momento, el más duro que leído de él ("El Paraíso de las Damas" es el más "light"), aunque tengo pendiente "Nana", que también promete en ese sentido...

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  2. Un libro imprescindible con los tiempos que corren.

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  3. Hoy en día vamos en camino a que pasen las mismas cosas

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