La Raza Futura - Edward Bulwer Lytton

Título: La Raza Futura
Título original: The coming race
Autor: Edward Bulwer Lytton
Formato: epub

Fantasía futurista que engarza dentro de una tradición de utopías negativas. En el proceder de la raza superior que habita incógnita en las entrañas de la Tierra observamos el germen de muchas de las lacras que han contribuído a hacer de nuestro entorno actual un espacio deshumanizado en el que la tecnología y la manipulación solapada del lenguaje por parte del poder son los instrumentos privilegiados para anular la capacidad de pensar y de sentir de los seres humanos.

Este libro del privilegiado escritor inglés es una autentica anticipación del género. Podemos encontrarlo hoy en día un tanto simplista e inocente, pero fue sorprendente lo que influyo a muchas sociedades secretas y personajes funestos en la historia de la humanidad.

Recoge y amplia los mitos sobre la Tierra hueca y razas superiores que habitan en su interior, esperando su oportunidad de emerger conquistadoras. Además de hablarnos de una fuerza omnipresente, que él llama Vril, muy similar a la fuerza ódica. Esta fuerza unificaría todas las fuerzas y energías presentes, tanto en los seres vivos como en los objetos inanimados, siendo la más poderosa del universo. Teniendo además un reverso tenebroso, o sea un gran poder para crear pero también un gran poder para destruir.

Los civilizados habitantes de este mundo subterráneo ven como algo normal y cotidiano exterminar a todos aquellos seres que les molesten, despreciando las formas de gobierno que nosotros consideraríamos habituales, especialmente la democracia. Viven en un estado bucólico siempre en busca de espacio vital, aunque para ello deban eliminar a las razas inferiores.

En fin, un libro entretenido que fue muy del agrado de los más variopintos y discutibles elementos desde su publicación hasta nuestros propios días. No obstante tiene valor literario, presentando curiosas y polémicas opiniones o escalofriantes sentencias.

Lema de esta civilización: «No hay felicidad sin orden, no existe el orden sin la autoridad y no hay autoridad sin unidad»