Ciega sed de sangre,
cruel hambre absoluta
muerte que fue hombre
demonio de las sombras
piedad y amor solo son nombres
de cuando el
sol brillaba
apenas un amargo recuerdo
ni siquiera eso
el depredador
acecha
implacable a su joven presa
pero el antiguo monstruo
que
nunca fallo, ahora yerra
la pobre niña no está indefensa
el ser que el
terror siembra
ante la cazadora ahora tiembla
pronto el viento, el polvo
se lleva.
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